LA CARA OCULTA DE LA POBREZA

El empobrecimiento estructural de las mujeres

 

En el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza es imperativo matizar que las mujeres realizan el 67% de las horas trabajadas en el mundo, pero solo reciben el 10% del salario y que el 70% de las personas pobres son mujeres y niñas

En España, hay 5,27 millones de mujeres pobres y en riesgo de pobreza. El trabajo a tiempo parcial entre las mujeres alcanza el 24%, sin embargo, en los varones es del 7%

Las asociaciones de mujeres adheridas a COMFIN demandan políticas públicas que mejoren la empleabilidad de los colectivos más vulnerables, la atención pública universal de la infancia y la dependencia y la revisión con perspectiva de género de las normativas y ayudas actuales para eliminar el impacto negativo sobre las mujeres

 

Luisa Posada Kubissa, filósofa feminista en el IX Encuentro Violeta Comfin 2022 

El 17 de octubre es el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza y la Coordinadora de Organizaciones de Mujeres y/o Feministas por la Igualdad de Navarra (COMFIN)  pretende visibilizar una problemática que sólo recientemente comienza a aparecer en la agenda política feminista y es la feminización de la pobreza.

El pasado 1 de octubre, COMFIN organizó su IX Encuentro Violeta centrado en esta temática. Los datos entregados por la ponente principal, la filósofa feminista Luisa Posada, son abrumadores: en España hay 5,27 millones de mujeres pobres o en riesgo de pobreza. El desempleo femenino llega al 19%. Mientras el trabajo a tiempo parcial entre las mujeres alcanza la cifra del 24%, en los varones llega al 7%.

Según cifras oficiales, a nivel mundial hay 1.300 millones de personas que viven con menos de 1,90 dólar/día; de este total, 910 millones son mujeres y niñas y de los 1.000 millones de analfabetos, las 2/3 partes son mujeres. En tanto, de los 125 millones de menores no escolarizados, el 70% son niñas.

Cabe señalar que, según el Informe de la Pobreza en el Planeta (Cáritas), las mujeres realizan el 67% de las horas trabajadas en el mundo, pero sólo ganan el 10% de los ingresos. El sexo femenino posee tan solo el 1% de las propiedades a nivel global y en las mismas condiciones de trabajo, el salario de las mujeres llega hasta el 50% menos que el de los hombres.

Explicó Luisa Posada que la feminización de la pobreza –conceptualizada por Diana Pearce en 1978- es un fenómeno que existe a pesar de que no se le dediquen estudios sistemáticos. Esta problemática puede considerarse como violencia patriarcal y como violencia material sobre las mujeres, y lamentablemente, “seguirá existiendo mientras se mantenga el sistema de desigualdad estructural en el que se basa el patriarcado”.

En 2021, casi 50 millones de mujeres cayeron en la pobreza a raíz de la crisis económica y social causada por la pandemia. “Hay que decir que, en colectivos vulnerables como madres solas con menores a su cargo, mujeres migrantes, mujeres prostituidas, entre otras, se ha profundizado su situación de precariedad y, en su mayoría, se han situado en bolsas de pobreza sobrevenida”, puntualizó Posada.

Otra de las claves de análisis de este fenómeno entregada por la filósofa es que la pobreza, entendida como falta de libertad para desarrollar las capacidades de cada persona, impacta particularmente en las mujeres por esa desigualdad estructural que conlleva una posición de sometimiento. “La noción de feminización de la pobreza no es meramente descriptiva, sino que también hay que asumirla con una carga política y reivindicativa”.

Con estas premisas, en el marco del IX Encuentro, las asociaciones de mujeres realizaron tres talleres para trabajar alternativas y abordar la feminización de la pobreza con el fin de elaborar propuestas para su erradicación: la incidencia política, la educación y la sensibilización.

En cuanto al primer aspecto, las asociaciones solicitaron políticas para mejorar la empleabilidad y el ingreso mínimo vital para las mujeres más vulnerables; la apuesta por la universalidad en la atención pública a la infancia y la dependencia, la jornada completa para las mujeres trabajadoras y los planes de conciliación y corresponsabilidad.

Asimismo, demandaron políticas públicas que favorezcan el desarrollo de todas las capacidades de las mujeres mayores, rurales o migrantes, monomarentales, víctimas de violencia de género y sin hogar, entre ellas el acceso a las TIC.

En educación, por su parte, se planteó la necesidad de dar más formación en igualdad de género y su relación con la pobreza femenina. Asimismo, se pidió enseñar cómo la violencia es causa y consecuencia de la pobreza de las mujeres y también se solicitó formar en coeducación y corresponsabilidad en los cuidados.

En sensibilización, se propuso ofrecer más información para visibilizar este problema y realizar actividades novedosas para dar a conocer la realidad de las mujeres más vulnerables.

Desde COMFIN se espera además la revisión urgente, con perspectiva de género, de la normativa y de las ayudas para conocer el impacto real que tienen sobre las mujeres.

Este conjunto de estrategias son una aproximación en torno a un amplio espectro de medidas que plantean las asociaciones de mujeres de Navarra y la sociedad civil para paliar la feminización de la pobreza.